La utilidad de los repartidores de costes de calor

En comunidades de vecinos con calefacción central por montantes, la regulación individual de los radiadores repercute sobre los vecinos, en especial si disponen de repartidores de costes de calor.
En comunidades de vecinos con calefacción central por montantes, la regulación individual de los radiadores repercute sobre los vecinos, en especial si disponen de repartidores de costes de calor.

Si nuestra instalación de calefacción central es anterior a 1980, es muy probable que tengamos distribuciones por montantes, de forma que la tubería que llega a nuestro radiador sigue subiendo y conectándose al mismo radiador del piso de arriba y así hasta la vivienda bajo cubierta. En este caso, al carecer de una alimentación común a todos los radiadores en una misma vivienda, habría que instalar los conocidos como repartidores de costes de calor o repartidores de costes de calefacción.

Válvulas termostáticas y distribuidores de costes de calor no siempre son efectivos si la caldera no posee regulación
Válvulas termostáticas y distribuidores de costes de calor no siempre son efectivos si la caldera no posee regulación

En algunas comunidades antiguas el reparto de costes de calefacción se realiza de forma arbitraria de acuerdo a coeficientes fijos directamente relacionados con la superficie de la vivienda, del coeficiente de copropiedad o del número de radiadores o emisores de calor, sin tener presente la gestión del consumo de calor por parte del usuario, lo cual en principio es injusto porque cada usuario no paga lo que realmente consume.

Los repartidores de costes de calor no siempre son eficientes

Sin embargo, la mayor parte de estas comunidades a su vez también poseen calderas que funcionan con un todo o nada. Es decir, pongamos el ejemplo de una caldera de carbón antigua con posibilidades ínfimas para modular la carga de carbón que se utiliza, ya que son paladas de carbón que echa el calefactor en la caldera a ojo en función del frío que hay en el exterior cada día. Si no se puede regular correctamente la cantidad de carbón que se echa, ya que depende de la pericia del trabajador, difícilmente vamos a ahorrar en carbón o contaminar menos por que algún vecino cierre algún radiador.

Pongamos el ejemplo de la vivienda 1º Derecha en un edificio de 6 viviendas, que decide el viernes previo a un fin de semana cerrar todos sus radiadores porque no va a estar en su vivienda. Efectivamente, no le repercutirá en costes del reparto; sin embargo, ese exceso de calor irá a otras viviendas que verán cómo aumenta la temperatura de forma notable ese mismo viernes. Si el resto de vecinos cierran algún radiador al día siguiente (el sábado) porque el viernes pasaron calor, un vecino despistado recibirá todo el calor que no ha querido nadie el domingo, recalentándole en exceso la casa y pagando además por ello, aunque este último no haya realizado ningún cambio en sus radiadores desde el viernes que comenzaron los hechos.

Con este ejemplo queremos hacer ver que en calefacciones centrales con calderas sin regulación y válvulas termostáticas en radiadores, el corte o disminución de paso de agua caliente en los radiadores de unas viviendas repercuten en las otras, y sin embargo el carbón consumido sigue siendo el mismo. Por tanto, el ahorro energético no existe y los repartidores de costes de calor carecen de sentido. Se sigue emitiendo el mismo CO2 a la atmósfera que antes y se genera un gran  desbarajuste en la modulación de la temperatura de cada vivienda.

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